domingo, 17 de febrero de 2013

Y a mí que todo ésto me parecería lo más normal...

Porque deseo y creo en una sanidad pública y universal de calidad.
Porque deseo y creo en una escuela pública y de calidad.
Porque creo en y quiero igualdad de oportunidades para poder estudiar, independientemente de los recursos económicos familiares.
Porque creo que la justicia debería ser igual para todos, y el acceso a ella libre y gratuito.
Porque me parece justo que los que más tengan más contribuyan con sus impuestos. Que paguemos todos en la medida de nuestros ingresos.
Porque creo necesario dotar de buenos servicios sociales para la gente que menos posibilidades tiene.
Porque la empresa privada no sea la principal gestora de nuestros derechos.
Porque quiero un estado democrático en el que un voto represente a una persona, y una ley electoral justa que sea consecuente con esta premisa. Y que se castigue ejemplarmente a los que manchan el nombre de la democracia y no cumplan con la representación que el pueblo les ha otorgado dándoles su voz.
Porque defiendo el libre derecho a elegir religión, o a no elegir ninguna, y que ésta no esté institucionalizada en los centros educativos.
Porque defiendo el libre derecho de amar a quien quiera, de formar familia con quien se quiera, de optar a no hacerlo; que el amor o el sexo sea una cuestión privada, y no un tema sobre el que tenga que legislar el estado ni jefes religiosos para coartar libertades.
Porque creo en la igualdad de oportunidades para la mujer. Y que sea ella quien decida sobre ella misma.
Porque defiendo tanto una vida digna, como una muerte digna.
Porque la única guerra que tengamos que librar sea la del día a día...


Por todo ello no puedo más que declararme inevitablemente de izquierdas... Y sentirme orgullosa por ello.

"Ser de izquierda es, desde que esa clasificación surgió con la Revolución Francesa, optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda la forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad social" 

Papá, cuéntame otra vez...

3 comentarios:

  1. Suscribo de la A la Z tus deseos. Yo también me siento de izquierdas. Aunque ambos luchamos por un estado laico y aconfesional, ¿te das cuenta de lo cerca que estamos de los evangelios?
    Sin embargo son "los otros" los que se dan golpes de pecho.
    Ahora si es verdad que as vuelto, amiga Mar.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. En general, defiendo las libertades, y entre ellas, elegir la religión, o elegir no elegir ninguna, pero que no venga nada impuesto, ni subvencionado con los impuestos de todos los demás (porque que yo sepa, en España siendo un estado en teoría aconfesional, se paga a profesores de religión, pero solo de una religión, discriminando al resto...)
      Y sí, yo lo he pensado, al igual que tú, que parece una paradoja. Como dice Sabina: "Jesucristo, el primer comunista". Más caso deberían hacer a los evangelios algunos, en lugar de tanto golpe en el pecho, totalmente de acuerdo. Menos oro para vírgenes y más para los hambrientos. Y el mundo sería un lugar mucho más agradable para vivir para todos, y no sólo para unos cuantos privilegiados.

      Por el "as" no te preocupes, que viniendo de ti no tengo duda de que fueron las prisas ;)

      Un abrazo, amigo Juan

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  2. Ese "as vuelto" borralo. La prisa, esa mala compañera.

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Cambio comentarios por sonrisas ;)

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