Lluvia de abril,
sobre las costas desiertas
se recuestan
las embarcaciones de los pescadores
Lluvia de abril
desde las ventanas mujeres afanosas
recogen
la ropa tendida esperando secarse
La tan esperada cálida estación
parece que quiera hacerse esperar
En los largos e infinitos inviernos,
tristes y fríos,
he fingido un envidiable bienestar.
En los largos y angustiosos inviernos,
que ahora se encaminan hacia su final,
me ha sido extraña demasiadas veces
la costumbre
de sonreír.
O algo así decía Carmen Consoli...