Estos días no he escrito nada porque desde que el miércoles pasado se confirmasen los mayores recortes que ha sufrido la historia de la democracia española sólo me salía expresarme con exabruptos, acordándome "cariñosamente" de Rajoy y sus colegas, y la madre que los trajo al mundo a todos ellos.
Y me indigno porque yo sí creo que hay otra forma de hacer las cosas, no solamente yendo a por el trabajador medio, ya incluso hasta a por el parado, y dándole a entender a las grandes fortunas que la crisis no va con ellos, que cuando pide que arrimemos todos el hombro, no se está refiriendo a sus hombros precisamente. Los que más podrían hacer son los que menos hacen.
Por eso yo, como tantos otros españoles, el pasado jueves, 19 julio, me eché a la calle. Acompañada por mi pareja y por mi padre, la persona más luchadora y reivindicativa que conozco, que en los tiempos que no había democracia se llevó más de un palo por luchar por lo que nos correspondía y no teníamos... y una vez conseguido, estamos volviendo a perder en estos días. Los derechos
Mi padre ya hizo su lucha en su momento, y sigue joven y con ganas, con muchas ganas para seguir alzando la voz y que nadie se la calle; pero también creo que es la hora de tomar su relevo. Quizás no solo para que descanse y no se agote en su lucha, sino para unirme a él y hacer ver que somos más.
Me toca luchar para que sigamos teniendo una sanidad y una educación completamente pública y de calidad. Me toca luchar para que no sea el trabajador el que pague los platos rotos de lo que hicieron los especuladores. Me toca luchar por que todo el mundo tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades, y no por tener más poder optar a ser mejor. Me toca luchar por algo que nos están haciendo creer que podemos renunciar a ello por los momentos que estamos viviendo, y ni mucho menos es así: nuestros derechos.
No nos mires, ¡únete!
Mis armas son mis manos, y mis palabras, y aquí estoy, valiéndome de ellas, para que no caigamos en el conformismo, en el "nos ha tocado vivir ésto", porque hay gente que está pasándolo realmente mal, y mi conciencia no puede consentir que eso suceda mientras a otros la crisis no les toca ni de refilón, ni van a contribuir mínimamente, como estamos haciendo todo el resto, para solucionarlo.
Y quién mejor para decirlo a través de la palabra y su música que Ismael Serrano con esta canción de su último disco...
Habría que someterlo a referéndum, como muy bien dice él...
Habría que someterlo a referéndum, como muy bien dice él...
"Habrá que someter a referéndum" (Ismael Serrano)
.