sábado, 13 de agosto de 2011

El hombre de hojalata

Tenías varios másters en despedidas
y entre las manos añicos de corazón.
No dabas abasto a repartir tiritas.
De sueños y suspiros eras cazador.


Confeso ladrón de besos no robados,
malabarista de miradas en rehabilitación.
Talón de Aquiles de la ternura no declarado,
Habitante de las letras en mil y una canción.


Como sucedáneo de los besos, abrazos.
Latidos que el frío que amabas congeló
As de guía para ti cualquier lazo
Dudar de la duda de tu frío interior










domingo, 7 de agosto de 2011

Rutinas

Hubo un tiempo en el que yo solía mirar por las noches, cenar en el balcón, caminar con la cámara en mano, cazar puestas de sol, pasear, eso, pasear, detenerme a leer y a escribir, tener menos y disfrutarlo más; sentir la vida y contarla.

Llevo dos o tres años intentando poner orden, no lo consigo nunca, y no he conseguido tampoco, buscando este orden, volver a disfrutar de todo aquello como hacía antes. De éste tiempo sólo saco la pregunta "¿qué he hecho con mis días...?" Estoy indignada con mi tiempo, no sé dónde fue a parar ni qué hice con él. Ahora, además de intentar poner orden, pierdo el tiempo buscando mi tiempo.

Tengo que coger menos el coche y disfrutar más del camino...

sábado, 6 de agosto de 2011

Dreamland

Mis sueños son raros, siempre, muy raros.

Visito ciudades conocidas que en sueños son las mismas, pero son diferentes. He vuelto una y otra vez a esas ciudades imaginarias que tienen nombre real y las calles que me invento. Me las conozco ya como las de verdad. Sus rincones, sus bares, bares que no existen pero que en sueños recomiendo cuál es el mejor.

Te puedo hablar de esa tetería imaginaria en la que servían y vendían té de donde salieron volando murciélagos. Recuerdo también un lugar de comida rápida y barata donde estaban riquísimos los postres. Un centro comercial y su parking, donde no vimos la película de cine por algún problema que ahora no recuerdo. La casa que compartía mi amiga, y la bici, aunque mi amiga nunca ha vivido en una casa así. Salir a buscar a alguien de su trabajo, estar en casa de sus padres y conocer a su madre; aunque la casa de sus padres nunca tuvo ese balcón lleno de plantas, ni esa cafetería al lado, ni su madre era así. Pero me gustó haberle caído tan bien.

En mis sueños todo es muy real. Tan real como que ahí, en ese lugar, existen. Todo sigue igual cuando vuelvo, cuando duermo y viajo allí.

Hoy incluso soñé que mi madre llevaba una vida loca y tenía un amante, Jacobo, el del segundo, alguien con mucho dinero y con una finca; finca que no existe. No existe siquiera ese Jacobo. Lo del amante no lo sé, pero no lo creo, lo dudo mucho. El resto de los detalles son aun más incomprensibles, sin pies ni cabeza. No los cuento porque dudaríais en ingresarme en un manicomio, y no os quiero poner en esa tesitura.

En el fondo, creo que soy una Alicia en su País de las Maravillas...

viernes, 5 de agosto de 2011

Vino, vio (probó) y venció

Ayer me invitaron a una cata de vinos. No soy ninguna entendida, todo lo contrario. Mi frase es "no entiendo mucho de vinos, pero sé lo que me gusta"
Cuatro vinos más uno de sorpresa. Presentación en exclusiva ante el público. Me bebí una copa de vino que a precio de distribución puede salir por unos 45€, llegando a alcanzar los 100-150€ en el restaurante. Edición limitada, 1.800 botellas si no recuerdo mal. Un vino perfecto, con un color espectacular, aroma y gusto indiscutibles. ¿Lo peor? Que me gustó demasiado, y no soy rica. Aun así creo que, aunque me cueste el esfuerzo y parezca de locos, una botella compraré para una ocasión que lo merezca, por mucho que no me entre en la cabeza que un vino pueda llegar a valer tanto. Me ha dejado hipnotizada. Creo que es el mejor vino que haya probado nunca. Di-vino!!




Y si no me doy esos caprichos de "porque yo lo valgo", ¿quién lo hará por mí si no...?
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